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La tercerización se ha convertido en una estrategia común entre las empresas para mejorar la eficiencia, reducir costos y acceder a experiencia especializada, permitiendo a las organizaciones enfocarse en el Core de su negocio y dejando a aliados especializados a cargo de tareas necesarias pero ajenas a la naturaleza de este, como por ejemplo la logística, el aseo, el reclutamiento, entre muchas otras. Sin embargo, la integración de servicios tercerizados con los procesos internos de la empresa puede representar algunos desafíos ¿cómo asegurarte de una correcta integración?

Dentro del ámbito laboral debido a la continua interacción entre individuos con contextos tan diferentes existe la posibilidad de encontrar diferencias o comportamientos que no se deben tolerar. Uno de ellos es el mobbing, este término anglosajón fue acuñado para referirse al acoso laboral. Esto incluye comportamientos como burlas, humillaciones, exclusión, intimidación y otras formas de maltrato. Como resultado, el mobbing, termina afectando tanto al individuo como a la organización pues impacta negativamente en la productividad y el clima laboral en general. Por ello y por las implicaciones en la salud mental de tus colaboradores, es primordial prevenirlo ¿Cómo hacerlo?

La llegada de la generación Z o centenials al mercado y el hecho de que ahora superen a los Baby Boomers entre la población laboral, cambia las dinámicas de trabajo y se convierte en una invitación y reto para replantear prácticas y retener a jóvenes colaboradores tan diferentes a otras generaciones.

Las organizaciones prestan gran atención a su proceso de onboarding, es decir el cómo reciben a sus colaboradores una vez son contratados, pues es el momento perfecto para enamorarlos y que se embarquen en un camino de éxitos laborales junto a la empresa, sin embargo, el transcurso de un colaborador en ella tiene un fin, y es allí donde esta nueva tendencia se fija. El outplacement plantea brindar una experiencia positiva al colaborador en el momento que deja la organización.

Las nuevas generaciones, las dinámicas y tendencias del mercado laboral y la humanización de las empresas están modificando el actuar de las mismas. Es por ello que han implementado diversas estrategias para lograr fidelizar, convencer y ‘enamorar’ a sus colaboradores, no solo en pro de cumplir de manera eficaz sus obligaciones laborales, sino también, en pro de incrementar el sentido de pertenencia, logrando impactar de manera positiva la productividad y el disminuir el índice de rotación. Sin embargo, según el estudio “State of the Global Workplace” de Gallup, tan solo el 15% de los empleados están comprometidos con su organización. Esto significa que la mayoría de las personas en todo el mundo ven a su lugar de trabajo de forma neutra o negativa, con nulo o bajo sentido de pertenencia.

Elementos esenciales para el éxito y la competitividad de las organizaciones hoy en día son el trabajo remoto y la colaboración global. Este cambio de paradigma ha traído consigo una serie de beneficios que no solo mejoran la eficiencia operativa, sino que también abren nuevas oportunidades de crecimiento y expansión. En este artículo, exploraremos los beneficios clave del trabajo remoto y la colaboración global para las empresas.