El liderazgo, aunque suene como un objetivo colectivo de la mayoría de las personas en el ámbito laboral, no es igual para todos. Cada líder tiene su propia personalidad y experiencia que influye en su estilo particular. Ese estilo no es estático, pues evoluciona con el tiempo, con las experiencias y los nuevos aprendizajes. Es decir, el líder que eres ahora será diferente del que quieras ser en el futuro.